Ser Docente: ¿Decente o Adecuado? ¡Ambos!

Si alguna vez te has preguntado de dónde viene la palabra «docente», te sorprenderá saber que tiene sus raíces en el término «decente». Sí, has leído bien. Ser docente no solo significa enseñar, sino hacerlo de manera adecuada y decente. Y, sinceramente, ¿no es eso lo que todos queremos en un profesor? ¡Alguien que no solo sepa su materia, sino que también sea un ser humano decente!

Ahora, imagina un mundo lleno de docentes decentes. No solo tendríamos aulas llenas de estudiantes felices y motivados, sino que también tendríamos una sociedad más educada y comprensiva. Porque, seamos sinceros, cuantos mejores docentes, mejores alumnos y, por ende, mejores profesionales. Y una sociedad con buenos profesionales es una sociedad que avanza.

Pero, ¿qué ha pasado desde la pandemia hasta ahora? Parece que hemos olvidado lo que significa ser decente. El egoísmo, el desánimo y el espíritu del mínimo esfuerzo se han apoderado de muchos. Y no solo en el aula, sino en la vida diaria. Es como si hubiéramos olvidado que ser docente es ser un puente hacia el futuro. Y si ese puente está roto o es inestable, ¿cómo esperamos que las futuras generaciones crucen al otro lado?

Piensa en el docente como en un jardinero. Si el jardinero no cuida sus plantas, no las riega y no les da el amor y la atención que necesitan, esas plantas no crecerán. Del mismo modo, si un docente no cuida a sus estudiantes, no les da el conocimiento y la atención que necesitan, esos estudiantes no crecerán. Como dijo Benjamin Franklin: «Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo».

Así que, si estás pensando en ser docente o ya lo eres, recuerda que tu labor va más allá de enseñar una materia. Es sobre ser decente, sobre comprometerse con la educación y sobre ser un puente hacia un futuro mejor. Si no estás dispuesto a asumir esa responsabilidad, quizás deberías replantearte tu elección profesional.

En resumen, ser docente es mucho más que enseñar. Es sobre ser decente, sobre comprometerse con la educación y sobre ser un puente hacia un futuro mejor. Así que, la próxima vez que pienses en ser docente, recuerda que no solo estás eligiendo una profesión, sino una forma de vida. ¡Y asegúrate de ser el mejor puente posible!

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