¿Clínicas de desintoxicación formativa? Quizás no sea tan mala idea…

Llevo años como docente, con ilusión y ganas de impactar positivamente en la vida de mis estudiantes. Pero hay algo que me está empezando a roer la paciencia y que, curso tras curso, absorbe mi energía docente como un agujero negro: los “politoxicómanos firmativos”.

Sí, hablo de esas personas que se apuntan a un curso mío mientras están terminando una carrera, tienen tres trabajos, una familia que demanda atención y, por lo visto, 48 horas en un día que el resto no conocemos. Y no, no estoy cuestionando su ambición, pero ¿de verdad es necesario forzar tanto la máquina?

El problema no es que lo intenten. El problema es que cuando todo les explota (porque sí, les explota), el malo soy yo. El tutor que tiene que recordarles que hay plazos, que existen normas, que yo no inventé el sistema, pero tengo que aplicarlo. De repente, soy «el ogro», porque no puedo aceptar trabajos fuera de plazo o justificar faltas sin motivo.

¿Y la autocrítica? ¿La responsabilidad de saber decir que no a tiempo? Brillan por su ausencia. Es como si el hecho de haberse apuntado ya les hiciera inmunes a cualquier norma o límite. Lo peor es que, año tras año, esto va a más. Y lo digo con preocupación, porque me encanta mi trabajo, pero cada vez cuesta más automotivarse frente a estas situaciones.

Por supuesto, también están los estudiantes comprometidos, los que hacen que todo valga la pena, pero no puedo ignorar cómo este tipo de perfil degenera nuestro sector. La formación debería ser una experiencia de crecimiento, no una lista infinita de cosas que hacer a medias.

¿Soluciones? No las tengo todas. Pero quizás sea hora de abrir un debate honesto:

  • ¿Deberíamos fomentar más la educación sobre la gestión del tiempo y la toma de decisiones responsables?
  • ¿Sería tan descabellado pensar en “clínicas de desintoxicación formativa” para quienes creen que hacerlo todo es la única forma de avanzar?
  • ¿Qué podemos hacer como docentes para establecer límites claros sin sentirnos culpables?

Sigo con ilusión por lo que hago, pero hay días en los que me pregunto si el sistema nos está fallando. Y a ti, ¿te pasa lo mismo? ¿Cómo lo afrontas? ¿Le ves solución a este fenómeno?

Hablemos. Quizás entre todos podamos encontrar una forma de cambiar las cosas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *