Linkedin me cansa. Me produce hastío.
De un tiempo a esta parte, cada vez que hago scroll a través de las publicaciones me enfado y me siento frustrado.
Aquí veo, muy a menudo, poca verdad. Perfiles profesionales huecos y personajillos y ajillas (¡vale! También Ajilles) que mucho bli bli y poco bla bla.
Desde que estaba en el instituto he pensado que es importante formarse y estudiar mucho para llegar a ser un buen profesional.
Pero ya no lo pienso.
Linkedin me ha demostrado que cualquier fantoche es capaz de llegar a brillar (temporalmente) en la red de redes.
Sólo necesitas morro y pocos escrúpulos.
He visto “profesionales” del marketing y la gestión de redes que tienen perfiles que dan pena. Docentes que tienen cero capacidad didáctica. Grandes gurus de la comunicación que comunican vergonzosamente. Creadores de contenido que usan y abusan de la IA. En definitiva: un mercado repleto de MIERDA (perdonad la expresión, lease como recurso enfático)
Aunque dicen que la esperanza es lo último que se pierde y que al final todo cae por su peso.
Quiero creer que la humanidad aún no ha llegado al punto máximo de tontuna y sabe distinguir cuando sí o cuando no.
Quiero creer…
¿Y tú?