Vuelvo de unas vacaciones tan largas que parecen sacadas de un expediente de funcionario. Desde agosto, mi ritmo ha sido más relajado que un gato al sol, pero oye, cuando vuelvo, vuelvo. Sin medias tintas. Diez horas diarias de clase, cursos de e-learning que tutorizar, calendarios que ajustar y, por si fuera poco, sigo siendo mi propio comercial. Vamos, que si me descuido, vendo hasta mi sombra.
El otro día vi un vídeo de Marian Rojas. Me gusta lo que dice, pero a ella no la compro del todo (llámalo instinto). Hablaba sobre aceptar los momentos de batería baja, entender qué te carga y qué te descarga. Y mira, a mí me cargan las clases, pero a la vez me funden como una bombilla barata. Es lo que tiene mi trabajo: cinco meses de pura intensidad, una convivencia en toda regla, un Gran Hermano educativo donde no hay expulsiones, pero sí muchas movidas. Cosas pasan. Y si no, las hago pasar.
Hoy, por ejemplo, ha sido un día de esos. He salido del aula cansado pero contento, con esa sensación de satisfacción que da el saber que la gente está aprendiendo. Esta tarde me tocaba vigilar un examen de e-learning y he ido con calma, en mi zen total. Y claro, el universo ha dicho: “Vamos a ponérselo divertido”.
📍 Primera parada: mi coche sin batería.
📍 Segunda parada: los portátiles sin batería.
📍 Tercera parada: yo, sin batería.
Vamos, un apagón general. Y qué he hecho? ¿Montar un drama? Nooo. Esta vez no.
Porque aquí viene la gran revelación: estoy a dieta de cortisol y funciona.
Antes, este tipo de días me habrían puesto como una moto. Hoy, en cambio, he respirado, he llamado a la grúa y he seguido con mi tarde como si nada. Sin estrés, sin ansiedad, sin que se me suba la vena en la frente como a un personaje de anime.
Porque lo he entendido: no pasa nada por estar sin batería.
A veces toca parar, asumir que no se puede con todo y que el cuerpo necesita descanso. Forzarnos solo nos lleva a un burnout que ni el sol de agosto. Así que aquí estoy, aprendiendo a tomarme las cosas con calma.
El día ha sido un caos, sí, pero me lo he tomado bien.
Y eso, en mi mundo, ya es una victoria.
🔋 Mantened vuestras baterías a raya, colegas. 🔋